He estado muchas veces en el barrio del Fener. Es un barrio pobre pero lleno de vida. Hay muchas tiendas pequeñas y sitios sencillos para comer algo. Me gustan muchos los hornos de pan, llamados Fırın. Hay un mostrador en el que se vende pan, pastas, etc. y, por detrás, puedes ver cómo hacen todo en un horno.
En mi primer viaje a Estambul, el 23 de diciembre de 2012, estuve deambulando por este barrio. Dos veces paré para comer algo. La primera vez en una panadería con horno llamada Sultan Çeşme Fırını, en la calle Sultan Çeşmeşi, en donde la gente sólo hablaba turco. El mostrador estaba delante del horno y se podía ver cómo hacían el pan y todo lo que vendían. Compré unas pastas muy sabrosas.
En mi primer viaje a Estambul, el 23 de diciembre de 2012, estuve deambulando por este barrio. Dos veces paré para comer algo. La primera vez en una panadería con horno llamada Sultan Çeşme Fırını, en la calle Sultan Çeşmeşi, en donde la gente sólo hablaba turco. El mostrador estaba delante del horno y se podía ver cómo hacían el pan y todo lo que vendían. Compré unas pastas muy sabrosas.
Tras visitar la Mezquita de Fethiye (antigua Iglesia de Santa María Pammakaristos) seguí por la calle Fethiye y entré en un pequeño lokanta en el que vendían comidas hechas. Se llama Fethiye Börekçisi. Comí börek, un pastel relleno de queso fresco, aderezado a la turca, que estaba riquísimo, y fue muy nutritivo. Además, el vendedor fue muy simpático; intentó comunicarse conmigo, a pesar de no saber más que turco y prácticamente nada de inglés, y yo al revés.
Desde entonces, siempre que paso por el Fener entro en algún fırın o en lugares de comida rápida donde vendan börek.
Desde entonces, siempre que paso por el Fener entro en algún fırın o en lugares de comida rápida donde vendan börek.